domingo, 9 de noviembre de 2014

¿LIBERTAD DE EXPRESIÓN?

                                      


El periodismo encierra en su propia definición las nociones de:
1.- Objetividad en el enfoque de los acontecimientos (tanto como en su posterior formulación o planteamiento) y:
2.- Búsqueda enfática de la verdad. Y apego a ella en cada etapa del procesamiento de la noticia.
Revisar de vez en cuando los principales medios informativos limeños nos hacen ver que esas premisas -éticas, no sólo desde el punto de vista profesional- no sólo no se cumplen en la práctica sino que, con una considerable dosis de cinismo, son vulneradas y hasta burladas por los propios comunicadores. Y esto a todo nivel, desde los redactores principales o generales, hasta quienes leen las noticias en la televisión, pasando por supuesto por los reporteros, que en su mayoría parecen empeñados en ostentar una innata torpeza o una deficiente o pésima preparación académica. 
Pero no nos detengamos en la cola de la serpiente. Lo que se evidencia en los responsables de lo que va a llegar al público es una absoluta falta de objetividad en la información. Ni siquiera hablemos de ética, pues ese valor parece haber sido abolido hace tiempo entre la gente del gremio, y barrido (tal vez entre risas y aplausos, de las salas de redacción.
No esta lejano ese emblemático y lamentable caso que tuvo como protagonistas a Ciro Castillo y Rosario Ponce. Y que sirvió de festín a una prensa que vergonzosamente alcanzó niveles abisales en cuanto a distorsión y manipulación deliberada o ingenua de los acontecimientos relacionados. Una prensa que, en el colmo del delirio autocomplaciente, olvido su verdadero rol y quiso en cambio asumir el de juez y verdugo, y de yapa el de agitador de masas. Y que como era de esperar no tuvo la mínima decencia de disculparse ante la agraviada una vez culminado el proceso judicial.
Ese no fue un ejemplo aislado. Esa conducta informativa se repite a diario. Ya no tal vez únicamente en el área de las páginas policiales, ahora se ve en abundancia en las que se ocupan del quehacer político.
El hecho de que exista un monopolio empresarial que acapara los principales medios ya no es un secreto. Y el hecho de que ese grupo de poder pone en las contiendas electorales a sus propios candidatos municipales o presidenciales, que a la larga serán sólo una suerte de títeres al servicio de sus intereses, dejó también de ser un secreto.
La falta de vergüenza y de dignidad campea con total frescura en las salas donde se gesta la información destinada, en este caso, no a dar a conocer la verdad, sino a trastocarla y mancillarla y a usarla como instrumento de manipulación de la conciencia colectiva, al más puro estilo totalitario o fundamentalista, si viene al caso. ¿Y son estas personas las que dicen defender la democracia o la libertad de expresión?
No extraña entonces que en los predios de su candidata se hayan arrejuntado los sectores más reaccionarios e intolerantes de la política peruana.

sábado, 25 de enero de 2014

SENSATEZ (por Erick Gonzales y Andrea Scaler Wakeham)


(Nota de redacción: En vísperas de conocerce el fallo de la CIJ de La Haya sobre el diferendo marítimo entre Chile y Perú considero acertado y oportuno publicar una nota alusiva escrita a dúo por dos amigos de Manhattan, con cuyas conclusiones me hallo enteramente de acuerdo).

A pocos días de que la CIJ de La Haya emita su dictamen sobre el diferendo marítimo entre Perú y Chile, no nos debió sorprender que con la debida - y calculada- anticipación se hubieran hecho presente , inconsulta y espontáneamente, ciertos líderes polticos -los de siempre- haciendo "llamados patrióticos" que no consiguen otra cosa que causar alarma entre ciertos sectores de la población o caldear los ánimos de esos "patriotas" que a falta de cosas importantes a qué dedicarse, están en todo momento prestos a echarse encima la blanquirroja y salir a las calles a "defender el orgullo y la dignidad bicolor", aunque en realidad sepan poco o nada de lo que se trata.
Esa irresponsabilidad de los caciques de la política peruana pone en evidencia que mentalmente siguen aprisionados (¿voluntariamente? ¿por incapacidad? ¿por avidez?) en los tejemanejes y las taras de las arcaicas e involutivas eras caudillistas. Lo que les importa es maquiavélicamente hacer noticia, promocionarse -generalmente con recursos vedados o nada éticos- para los comicios que vendrán. Ese es su fin, la patria es uno de sus medios para arribar a ese fin.
El lunes 27 es un día apropiado para demostrar madurez y civismo, vale decir, para dejar de lado patrioterismos al estilo barra brava. El mayor triunfo, ese día, será para quien sienta el orgullo de saber acatar un fallo con serenidad y limpieza, aunque sea adverso, sin arranques ni de jactancias lumpen ni de frustraciones infundadas o descontrol. Quien proceda así estará dando a conocer al mundo su idiosincrasia civilizada y su voluntad bienintencionada. ¿Estaremos los peruanos a la altura de las circunstancias?
El tema de la resolución de la CIJ de La Haya, ni siquiera debería pasar de ser una noticia más para ninguno de ambos países. A estas alturas de la historia no podemos abrigar temores por posibles rencillas o reacciones cavernarias.
Acatar el fallo, y darle correspondiente curso, debería ser un acto sobreentendido y fuera de toda cuestión.
Ambos países tienen mucho que dar de sí, y si se liman asperezas inútiles y trasnochadas se descubriría que trabajar en cooperación resulta más positivo y provechoso que el mirarse con desconfianza. 
Nuestros votos para que reine la cordura. De que haya gente de buena voluntad y sanas intenciones en ambos países no tenemos duda y esperamos que esa fuerza común unida prevalezca sobre las inquietudes insanas de quienes trafican con la maldad y la violencia.